domingo, 24 de octubre de 2021

Lección 68, Cuarto Grado, Primera Orden

 Cuarto Grado Primera Orden "Filósofo":

"La Vida, entre el Placer y la Lucha"


Que se os quite de la cabeza: el Mundo no es un Parque de Atracciones sino un Cósmico Ring.


Todos, desde que tenemos uso de razón, venimos escuchando la cantinela de que tenemos que ser felices, buscar la felicidad a toda costa y, en caso de no conseguirlo habríamos fracasado; pero en éste Mundo, queridos amigos, solo los tontos, que sufren de idiotez, pueden ser felices.


Tener pensamientos positivos, ser positivistas, es muy útil; pero como estrategia para seguir manteniendo una ilusión por seguir viviendo; pero sin perder la orientación correcta de que a éste Mundo no venimos a disfrutar sino a encadenar batallas.


El Placer, que está íntimamente relacionado con la Felicidad, es una estrategia de supervivencia y que se nos concede en dosis muy pequeñas con el fin de no perder la ilusión y que pudiera caerse en una depresión irreversible. Esas píldoras de felicidad, no es la Vida, sino un medio para que sigamos querer viviendo para enfrentar nuestra siguiente lucha y, así, de forma consecutiva hlalsta que lleguemos al fin de nuestros días.


Por lo tanto, eso de comamos y bebamos que mañana moriremos no sirve. Sí, la irresponsabilidad y el escaqueo de nuestras batallas solo puede conducirnos, a medio o largo plazo, a un mayor e intenso sufrimiento por no haber enfrentado los retos que nos ha impuesto nuestro Destino escrito.


El Ser Humano es un Guerrero, en toda regla. Un guerrero, generalmente solitario; pero que de tanto en tanto, busca alianzas con los de su misma especie o con otras, como perros, caballos o gatos, para salir airoso de sus retos. El caballo le permitió acortar los tiempos de batalla y prolongar, por tanto, los interludios de placer o felicidad. Los perros nos ayudaron a enfrentar nuestras cacerías en busca de alimentos cuando éramos cazadores recolectores y los gatos nos ayudaron a combatir el parasitismo de los roedores cuando nos afinamos como sedentarios agricultores.


Buscamos la ayuda de nuestros congéneres para enfrentar retos que nos vienen grandes como individuos seoarados, como la caza de grandes animales como mamuts o elefantes. Para defender nuestro territorio de caza de la invasión de otros grupos humanos o de otros depredadores más poderosos que nosotros; pero, en el fondo, las principales y más importantes batallas de la Vida, debemos de afrontarlas en solitario.


No, no somos tan débiles cómo podríamos creer. En primer lugar, los retos a los que nos enfrentamos en la Vida fueron planeados, por nosotros mismos, en la Cocina del Destino, antes de que viniéramos a nacer en éste Mundo y, ya sabéis lo que dice el Dicho "Dios Aprieta pero no ahoga". Para expresarlo de otro modo, todos los retos a los que nos enfrentamos están diseñados como grandes retos; pero retos que no son imposibles de superar.


Superados los grandes retos de nuestra Lucha cotidiana, vienen los pequeños placeres que conforman nuestro concepto de felicidad y, desde tiempo inmemorial, nos venimos preguntando si es posible prolongar esos momentos de felicidad en detrimento de los larguísimos y dolorosos periodos de batalla. Y en eso se encuentra la Humanidad desde tiempo inmemorial, en intentar cambiar el sentido de las cosas, tergiversar la Naturaleza y, claro, eso solo provoca mayor dolor y sacrificio, en tanto en cuanto, en nuestra Mente hemos construíso una utopía paradójica. Utopía, dado que no se puede conseguir pues no es el objetivo de la Vida, sino solo un pequeño incentivo para que podamos seguir erguidos luchando como bravos guerreros y paradójico porque el día último de esa errada estrategia es mayor frustración y dolorosa decepción "el Hombre propone; pero Dios dispone"


Es nuestro verdadero Ser, nuestro Divino y desconocido Espíritu Eterno e Inmortal, quien planificó todos los retos que debemos de afrontar en la vida y sí, nos podemos escaquear de enfrentarlos una y otra vez; pero, de forma tozuda, siempre vendrán a nuestro encuentro hasta que, con sentido común y valentía, podamos enfrentarlos para ser superados.


Una vez la batalla esté superada con éxito, podremos disfrutar de las mieles del placer; pero sin perder la perspectiva de que esa felicidad siempre será efímera y el preámbulo de otro reto, de otra lucha, de otra batalla a la que nos tendremos que enfrentar con energías renovadas.


El Camino de la Rosacruz no es otra cosa que la Vía del Caballero Guerrero que lucha con valentía y vigor, en todas sus batallas, con el fin de conseguir los favores de su amada felicidad; pero esos favores no son el Destino último del Caballero sino un pequeño interludio de recuperación entre las distintas batallas.


Aralba Pensator Minister (Frater RC)