jueves, 21 de octubre de 2021

Lección 41, Cuarto Grado, Primera Orden

 Cuarto Grado Primera Orden "Filósofo":

"¿Guerra entre el Bien y el Mal?"


Un Océano de mentiras


Que la Ignorancia es el origen del mal, es algo en lo que parece que todos estamos de acuerdo; pero una cosa es ser la Causa y otra, muy diferente, ser el propio Mal. ¿en verdad el Mal existe, o tan solo es una mera percepción subjetiva?


Como iremos viendo, la Mentira es la esencia del "Mal", y un mentiroso no es precisamente un ignorante. Quienes mienten y engañan son conscientes de sus acciones, aunque muy probablemente, sean ignorantes de las verdaderas consecuencias que implica mentir; dado que la Mentira es un asesino de la Verdad.


Si todos conociéramos las implicaciones negativas de mentir; casi con toda seguridad, la mentira no existiría. Es por dicha causa que decimos que la Ignorancia es el origen del Mal, aunque no sea el propio Mal, porque el Mentiroso es ignorante de sus actos, a pesar de ser consciente de que miente y engaña.


"Una Mentira repetida mil veces se convierte en Verdad" Esto, evidentemente que es falso, porque la Mentira jamás podrá ser verdad; pero es cierto que se termina plasmando como Verdad en el Inconsciente Colectivo, cubriendo con su sombra, ocultando, la Verdad. esto es asesinar a la Verdad. Porque mentir es el peor delito de todos, aunque se menosprecie, dado que oculta el Bien a los demás, por motivos de Egoísmo, Avaricia, u otros.


La Mentira es un Asesino de la Verdad en el Mundo Astral y más pronto que tarde acarreará nefastas consecuencias, no solo para quienes mienten, de forma consciente, sino para toda la Humanidad.


Un Mentiroso es quien crea o transmite las mentiras de forma consciente. Aquellos que transmiten la mentira, por Ignorancia, creyendo que es verdad, ni mienten ni son mentirosos y por lo tanto, en ellos no cae responsabilidad alguna por la Mentira aunque sí por su Ignorancia. Hay un dicho que dice que "La Ignorancia es muy atrevida" y, ciertamente, "La Curiosidad mató al Gato". Las consecuencias de mentir, aunque pueda parecer exagerado, son terribles, llegando a transmitir ese asesinato del Mundo Astral al Mundo de los efectos, el Mundo de la Realidad.


La Mentira transmite muchos nefastos sentimientos que pueden conducir al Asesinato o al Suicidio. Si el origen de tales actos es consecuencia de la Mentira, el mentiroso es el responsable último del asesinato o del Suicidio cometidos. El mentiroso, desde el punto de vista que queramos verlo, es un Homicida en toda regla. No, ya solo el Mundo de los deseos sino también en el Mundo de la Realidad Física que vivimos.


La Mentira posee muchas facetas: pero en último término solo es eso, Mentira. No importa la intención que se tuviera al mentir. No existen mentiras buenas y mentiras malas, solo existen mentiras asesinas. Un chiste o una broma, no recusados tras haberlos expuesto, también es una Mentira. No existen las bromas pesadas, existen las mentiras asesinas. Quién habla mal de alguien por despecho o celos, está mintiendo y con ello deja el arma asesina de la mentira en manos del Destino, para que sea otro quien cometa el delito final. Por lo tanto, la responsabilidad del asesinato o del Suicidio no es sólo de quienes los hayan cometido sino de quienes los hayan incitado con mentiras.


Por lo tanto, un Mentiroso es un Homicida que pone el arma asesina en manos de terceros. Ese cerrar los ojos, ese no saber lo que se está haciendo es la Ignorancia u origen de todos los males, sin ser el propio Mal. Cuanto más consciente sea uno en el acto de mentir, más responsable se es de las consecuencias de la Mentira.


Aunque no se desee aceptar, vivimos en un Océano de mentiras asesinas.


El Mal es la ausencia del Bien, hemos escuchado, o la Oscuridad es la ausencia de la Luz.Se trata de tópicos muy conocidos y que se dan por ciertos; pero no dejan de ser otra cosa que mentiras asesinas de la Verdad. Durante toda la vida, todos hemos creído y transmitido esas mentiras asesinas como si fuesen verdad.


El Mal y el Bien no existen, tan solo el punto de vista del observador. El maniqueísmo de una deidad dual es una mentira, como mentira es la lucha del Bien contra el Mal por la posesión de las almas humanas.


Quienes escriben los libros y la Historia nos cuentan la versión oficial de lo que estuvo bien y de lo que estuvo mal; pero si quienes hubiesen contado esas historias y escrito esos libros fuesen otros, el Bien y el Mal podrían ser otros. Un asesino en serie o un psicópata no son conscientes de que estén realizando actos malos. Tras entrevistar a este tipo de personajes, condenados a cadena perpetua, no se encuentra atisbo de arrepentimiento alguno. Tan solo, cuando se encuentran en el Corredor de la Muerte, por si pudiera existir clemencia, mienten mostrando su falso arrepentimiento. Según el punto de vista de los psicópatas asesinos en serie, ellos están realizando un bien social como depredadores y que hace que la Especie se fortalezca, permitiendo sobrevivir solo a los más fuertes e inteligente que ellos. Se creen que actúan como una suerte de control de la Población darwinista.


Si pudiésemos preguntar a Churchill, Napoleón, Hitler, Stalin o Robespierre por sus actos homicidas en contra de la Humanidad podríamos comprobar que nunca tuvieron consciencia de culpa y, muy probablemente, jamás se arrepentirían de sus actos criminales cometidos. Churchill luchaba por la prevalencia del sionismo capitalista anglosajón, Napoleón por la reinstauración del Imperio Romano, del mismo modo que Hitler. A Hitler se lo ha venido representando, por algunos, como la representación del Mal absoluto; pero si se pudiese observar desde su punto de vista psicópata, él estaba realizando un bien, no solo para la supuesta raza aria sino para la humanidad, dado que, según su punto de vista, estaba eliminando a los parásitos de la Humanidad. Un punto de vista, desde luego, muy discutible. Robespierre cortaba las cabezas de quienes consideraba responsables de la decadencia de la humanidad, nobles y reyes. Según su punto de vista, estos hombres realizaban un bien a la Humanidad y si ellos hubien vencido, así lo veríamos el común de los mortales; pero el pecado de algunos, no el de Chuchill claro está, fue que perdieron sus respectivas batallas.


Miren, la Luz puede entenderse de dos maneras. La de andar por casa que no es otra cosa que la claridad proporcionada por el sol o por fuentes artificiales y la otra desde la Física, como una serie de frecuencias electromagnéticas, de carácter corpuscular, y que es visible a nuestros ojos; pero si escarbamos un poco más podremos comprobar que Luz es todo aunque no pueda ser observado por nuestros ojos. Esa frecuencia electromagnética de la que hablamos se extiende por encima del ultravioleta y por debajo de los infrarrojos y dónde nuestros ojos ya no pueden ver nada, solo oscuridad; pero entonces, ¿lo negro y oscuro existe? Para nuestra percepción particular es evidentemente que sí; pero desde un punto de vista racional no, dado que el negro solo representa una parte, la más importante, de la Luz que no podemos observar con nuestros ojos. esa visión podemos ampliarla con instrumentos como el microscópico y los telescopios, e incluso podemos observar aquello imposible de ver con elementos ópticos, mediante los radiotelescopios o los microscópicos electrónicos. Pues bien, aún así, la franja de lo que podremos observar del espectro electromagnético, la Luz, es minúscula. Es como si el completo espectro electromagnético fuese una suerte de cinta de moebius, en donde los opuestos se diese la mano. la Luz, la Energía, la Verdad está en todo, aunque nuestros limitados sentidos sean incapaces de percibirlo.


No podemos convertirnos en jueces de la Verdad, tan solo de aquello que nos beneficia o de aquello que nos perjudica; es decir, de lo que es bueno o malo para nosotros.


Ampliando algo más la cuestión, podemos extender nuestro juicio hacia aquello que sea bueno o malo para la humanidad y, si queremos ir algo más allá, pues de lo que sea bueno o malo para el Planeta: pero sea como fuere, nuestra percepción del bien y del mal siempre estarán determinados por unos determinados intereses, sean estos particulares o generales; es decir, siempre será subjetiva.


Desde ese punto de vista se puede entender la Plenitud de la Divinidad sin partirla en dos fuentes. Una de la que procedería el Bien y otra de la que procedería el Mal.


Si somos capaces de comprender que nuestro Mundo es una construcción limitada dentro de un pequeño fragmento de Frecuencias Electromagnéticas, todo podría comprenderse mejor.


La existencia, la Vida y la Consciencia de la Realidad no serían posible sin la bipolaridad. Es necesario que exista una Diferencia Potencial energética para que el Teatro de la Vida, tal y como lo conocemos, pueda existir. Notamos el frío y el Calor; pero si lo miras bien tan solo es una gradación limitada de la Temperatura. Llega un punto, en ambos extremos, donde tanto el frío como el calor nos destruye como cosas y no somos capaces de percibirlos. En la corriente eléctrica sucede otro tanto de lo mismo. una fuerte carga de corriente eléctrica nos carbonizaría; pero una carga eléctrica inexistente haría que nuestras células, moléculas y átomos no tuviesen cohesión alguna; es decir, nuestra existencia sería imposible.


El concepto del Bien, tras lo estudiado, sería, en lo posible, permanecer en el punto medio del espectro de la Luz visible y dónde se miraría el Bien Común. Pues bien, ese Bien común para la generalidad sería malo para una minoría y bueno para la mayoría o viceversa. Dicho de otro modo, como no existen el frío o el calor absolutos, tampoco existen el bien o el mal absolutos. Solo existe la Energía, la Luz, la Verdad en una infinita gradación que siempre será percibida por los seres con parcialidad y nunca como cuestiones absolutas, porque lo absoluto es incompatible con la existencia temporal.


Nos consta que es un Tema difícil de comprender porque requeriría que nos pusiésemos en el lugar de los otros. Y bueno, eso es lo que predica la Rosacruz. No podemos entender la Verdad si no cultivamos la empatía para poder entender a los demás. Solo evitando el egoísmo e intentando ver cómo lo harían los demás podemos acercarnos, lo más posible, al bien común; pero para ello deberíamos desterrar de nuestro Mundo la Mentira y que todas las personas nos mostráramos como somos en realidad y no de una forma ficticia; es decir, mentirosa. Solo así, con una verdadera instrucción en ese sentido de todos, se podría conseguir la utopía del bien común para todos.


A las personas que me dicen que a veces es necesario mentir, yo les digo que practiquen el método de callar. No, el que calla ni otorga ni desmiente, solo calla y esa es la verdadera y única alternativa. Cuando nos veamos en el dilema de tener que mentir para no hacer daño, simplemente callemos y no nos convirtamos en ignorantes asesinos por mentirosos.


Aralba Pensador Minister (Frater RC)