Cuarto Grado Primera Orden "Filósofo":
"En busca del Ser Interno"
-Quieto parao, ni te muevas-
El Gran Sedir, en su Historia y Doctrina de la Rosacruz, justo al final, nos dice que mantengamos la calma con paciencia y esperemos al Maestro que nos está buscando. Es lógico que al principio nos movamos de acá para allá buscando un inexistente Maestro externo y, con tanto ruido y tanto movimiento, el Maestro Interior no logra alcanzarnos ni nosotros a él, pareciendo un vodevil, de enredo, propio de Don Miguel Mihura.
Es cierto que debemos de prepararnos para que cuando aparezca no huyamos de él o, simplemente, nos cierre las puertas ante la presencia de un grotesco aspirante. Debemos de entender que nosotros le pertenecemos; pero él no puede pertenecernos a nosotros.
¿Donde se ha visto que un Conductor propietario pertenezca a su Automóvil?
Sobre esa preparación, sin movernos de casa, hemos escrito largo y tendido, existiendo todo un conjunto de lecciones en éste tercer Grado y que, cualquier interesado, si busca, podrá encontrar. Es por ello que aquí no vamos a reincidir, de forma pormenorizada, en el Tema.
Hemos visto, con detenimiento de qué trata el Renacimiento y lo que sucede después de abandonar el Cuerpo; pero existe otro Renacimiento que debería de producirse mientras estamos vivos para que nuestra actual consciencia y memoria no se pierdan para siempre. Eso es conocido como Nacer de Nuevo, convertirse en un Hombre Nuevo, previo a la Christificación o transmutación alquímica en un nuevo Ser de naturaleza Inmortal.
Recuerden, nuestro Espíritu ya lo es; pero nosotros, en tanto que una Personalidad constituida de muchos egos, no lo somos.
El Pastor de su Iglesia le dirá que si se arrepiente de sus pecados y acepta a Cristo en su Corazón, habrá sido perdonado y convertido en un Hombre Nuevo, en un verdadero Cristiano; pero decir esto aunque es fácil, llevarlo a término no lo es tanto, pues solo son palabras. Su Pastor ha estudiado para construir una Personalidad carismática, en torno suyo, y para convencer al público con sus oratoria. En cierto sentido, utiliza tácticas de la hipnosis para que usted crea que con el solo aceptar a Cristo, en el momento y sin un previo trabajo, usted ya aparecerá en el Libro de los Salvos.
El Pastor no le engaña cuando le dice las palabras que nosotros hemos repetido; pero lo que no le ha contado es lo que él, desgraciadamente, no sabe. No se trata de un mero trabajo de conversión mental instantáneo, sino de un proceso prolongado en el Tiempo, porque Amigo, para eso está el Templo de la Vida, para servir de medio en el que se produzca la Iniciación. La Iniciación es ese proceso completo de Conversión, aceptación y sumisión. Esa conversión debe de ser fruto de un convencimiento.
No sirve decir así porque sí: "Yo me convierto Pastor, ¿Qué es lo siguiente que debo de hacer?, nuestro Pastor le dirá que nada que solo se deje llevar por el Espíritu del Señor; pero ¿eso que es?. Otra vez, meras palabras sin verdadero contenido.
El Pastor de su Iglesia confunde el mero creer con la verdadera Fe y que tiene mucho que ver con la Gnósis; es decir, con el Conocimiento Interior y ese solo se producirá cuando entre en el silencio más profundo y se someta a la Gnósis. La Gnósis procede de las estrellas y de los centros galácticos, esa frecuencia electromagnética nos rodea por todas partes; pero nuestra constitución fisiológica hace que seamos impermeables a ella.
Bien, de lo que trata la preparación de la que hablamos, es de convertirnos en permeables y que la Gnósis nos atraviese, por completo, hasta llegar al núcleo de nuestras células y donde se encuentra nuestro Señor durmiendo y en estado larvario, como un capullito de rosa, aún cerrado, gracias a la metanoia u oración lamento que provoque la sintonía necesaria.
Una vez que comprendamos la Verdad de nuestra situación y hayamos entrado en un proceso de descomposición del alma, conocida por los místicos como "La noche oscura del Alma", entonces la puerta de la férrea prisión se vendrá a bajo y la Gnósis despertará al eterno durmiente.
Si nosotros lo consentimos, él se alimentará de nosotros y crecerá hasta hacerse fuerte y sentarse primero en el trono del corazón y después en el trono de la cabeza, para después de, nuestros yoes, habiendo sido asimilados por completo, tomar control de la nueva vida del Hombre Nuevo, pues esa nueva Entidad es el resultado de haber nacido de nuevo gracias a la Gnósis y al sacrificio consciente y activo de la Personalidad.
El Maestro Interior es el Maestro Interior, ya sea en forma larvaria o una vez producida la Christificación; es decir cubierto por nuestro vestido de bodas y que es el Vellocino de Oro de la Mitología.
Depende del punto en que nos encontremos, que el Maestro Interior se manifestará mediante la leve y semioculta intuición o por el control libre y directo de nuestras acciones. Entre ambos puntos, existe un largo periodo de preparación y discipulado; pero recuerden.
Primero (Zelator): Paciencia
Si no cultivamos la Paciencia, todo lo haremos sin método y a lo loco, consiguiendo darnos trastazos por el Camino. Antes que ninguna otra, esta es la primera virtud con la que deberemos de calzarnos.
Segundo (Theóricus): Fuerza de Voluntad
Sin la Fuerza de Voluntad de nada nos serviría una infinita paciencia y no podríamos dar ni un solo paso, sin quedarnos estancados en el comienzo o a mitad del camino.
Tercero (Prácticus): Empatía
El amor hacia nuestros semejantes es algo imprescindible y sin el cual no podríamos avanzar nada en el Camino de la Iniciación Espiritual verdadera. Todos nuestros supuestos avances no serían otra cosa que meras ilusiones sin algún tipo de consistencia.
Cuarto (Philosophus): Formación
Hay un trabajo a realizar que comienza con tener consciencia de nuestra respiración, aprender a meditar y visualizar, estudiar las guías de viaje interior de los guías del pasado o presente, aprender a entrar en los mundos internos y tomar consciencia de nuestras experiencias oníricas. Superar nuestro encuentro con el Guardián del Umbral.
Quinto (Adeptus Minor): Aceptación
Traspasar el Portal y encuentro, cara a cara, con nuestro Ángel Guardián o Maestro Interno. Aceptar sus términos del trabajo a realizar.
Sexto (Adeptus Major): Discipulado
Realizar el Trabajo que se nos haya encomendado de forma disciplinada y obediente, sin imponernos excusas que limiten o estanque la consecución de nuestro Objetivo.
Séptimo (Adeptus Exemptis): Sacrificio
Entregar toda la esencia de nuestra Personalidad en el crecimiento y afianzamiento, en nosotros, del Poder del Maestro Interno hasta que dejemos de mantener una doble consciencia, la del Maestro y la de nuestra Personalidad.
Octavo (Magister Templo): Disolución
Ya no somos nunca más. Nuestra entrega al Señor es definitiva y sin vuelta atrás. Lo que antes era una Personalidad constituida de muchos egos se disolvió para alimentar a Christos. Ya sólo existe Christos viviendo no solo en nuestro Corazón y en nuestra Cabeza sino en todas las células de nuestros siete cuerpos.
Noveno (Magus): Transformación
Nos hemos transformado, mediante la Christificación, en una Célula plenipotenciaria y consciente del Nuevo Hombre Cósmico, Adán Kadmón.
Aralba Pensator Minister, Frater R+C