Thanos de Titán está perdidamente enamorado de la Muerte, hasta
el punto de ofrecerle toda la vida del Universo como ofrenda del más puro Amor. Los legionarios son los novios
de la Muerte y los templarios no temían a la Muerte, la cual era recibida como
el más cálido abrazo de su amada; pero ¿qué es la Muerte? ¿Hay que temerla o
desearla?
En realidad la Muerte no es más que un Mito sin mayor
consistencia que la que nos proporciona la ilusoria realidad del Mundo en el que
vivimos. Es cierto que se produce un Trauma y Dolor cuando se realiza un Cambio
o Iniciación Suprema de oruga humana a mariposa divina durante el proceso de
Crisálida al que los humanos denominan, de forma equivocada, Muerte.
Digamos que la Muerte solo la sienten los vivos que observan
como los cuerpos de sus semejantes, en un momento determinado de sus vidas,
dejan de sentir y se descomponen. Evidentemente son ignorantes de si sucede
algo o no después de este hecho comprobable. La evidencia nos indica que antes conocíamos a
dicha persona y podíamos comunicarnos con ella, sentir con ella y hasta amarnos
u odiarnos mutuamente; pero y ¿si lo que consideramos una evidencia solo es un
engaño más de un libreto Teatral previamente escrito? y ¿si los que
consideramos los verdaderos cuerpos de nuestro Espíritu Eterno solo fueran
efímeras máscaras interpretativas?
Las personas que supuestamente mueren no son conscientes del
Tránsito que se produce cuando abandonan un plano de existencia. Ellas seguirán
viviendo en otros cuerpos y en otros lugares sin algún tipo de discontinuidad,
como si nada hubiese pasado y sin recordar nada, y ello es así, a pesar de que
deben de pasar por un largo proceso conocido como la Cocina del Destino en el
interior de su Eón o Astro Sideral.
Ese Proceso conocido como la Cocina del Destino, es un lugar
intemporal y es por dicho motivo que las personalidades que van transmitiendo
una misma porción de Espíritu no son conscientes del Tiempo pasado en dicho
lugar. Dentro de su Eón, el lugar que les corresponde a las almas, el Espíritu
desgrana la vida pasada hasta en sus más mínimas porciones y saca grandes
enseñanzas que posteriormente serán compartidas, en el Pleroma, nuestro hogar
de origen, con el resto de sus hermanos; pero, además, prepara las condiciones
necesarias para su próxima interpretación Teatral, su existencia, tanto el
escenario como la propia y siempre nueva personalidad que deberá cabalgar.
Dado que las efímeras personalidades solo están unidas a su
Espíritu mediante una pequeñísima porción de las medias almas que las utilizan, no poseen algún recuerdo de
sus interpretaciones teatrales anteriores; es decir no les es posible obtener
datos de las vidas pasadas, dado que las entidades personalidad que vivieron
atrás, los avatares, eran otras personas distintas y las nuevas no tienen acceso
más que al propio guion que deben interpretar. Ese es el único motivo por el
que nadie recuerda sus vidas pasadas y mucho menos nuestro tránsito por la
Cocina del Destino.
Generalmente, quien queda atrás como vivo en una determinada
interpretación Cósmica, sufre por el desapego que se produce al partir nuestro
conocido, familiar, amante o amigo. Es un hecho puramente egoísta porque en lo
más profundo de nuestro inconsciente conocemos que el Ser que amamos no murió
en realidad, en el concepto que tenemos de la Muerte, ni morirá jamás pues se
trata de una Entidad Eterna tan unida a nosotros como las células que conforman
nuestro músculo cardíaco, entre sí.
El verdadero Iniciado es siempre consciente de esta Gran
Verdad: La Muerte como Entidad verdadera es solo un mito, una ilusión producida
por nuestro desconocimiento de la diferencia existente entre la Realidad y la
Verdad; pero eso es un historia que debería contarse en otro momento, no ahora.
Evidentemente, el Mundo del Romanticismo hasta ha antropomorfizado, a la propia
muerte, convirtiéndola en un esqueleto cubierto con un hábito encapuchado negro
y armada de una guadaña o, por el contrario, a una bella y bondadosa muchacha gótica
con una cruz ansata colgada alrededor de su cuello.
Cuando lloremos por nuestros seres queridos que han partido
hacia otro lugar, pensemos que se trata de un acto egoísta, de apego, por lo
que hemos perdido: Su cariño, amor filial o marital, compañía, apoyo moral o
económico… ; pero nada más. En el fondo, muy, muy en el fondo, todos nosotros
sabemos que nuestro compañero o compañera ha dado un salto vibratorio hacia
otra vida, otra interpretación teatral y que nosotros deberemos continuar con
nuestro guion hasta que éste se acabe y ese final es lo que la Ignorancia de
las personas humanas denominamos Muerte.
OJOS