Que todo efecto, en nuestro espacio-tiempo actual, es consecuencia de
una causa es algo tan evidente que nadie se atrevería a desmentirlo; pero que
las causas negativas (Karma) y las positivas (Dharma), de otras vidas
anteriores, se vuelvan en contra o a favor nuestro no queda tan claro aunque
parezca una deducción lógica de las leyes de Causa y efecto.
Por otro lado se encuentran los predeterministas que opinan que el
destino está plenamente escrito y que podemos actuar como nos venga en gana
dado que estamos predestinados a hacer y ser lo que somos sin modo de poder
cambiarlo. Es decir que el Destino es inamovible dado que se encuentra escrito
y no se puede borrar.
Como vemos existen dos posiciones completamente opuestas: La que
determina que estamos sujetos a la
Rueda de la
Vida (El Samsara) y que lo que somos es única consecuencia de
nuestras acciones pasadas así como que lo que podamos ser dependerá de aquellas
y de las actuales de nuestro presente; es decir, si actuamos de mal modo de
forma consciente, cargaremos con las consecuencias de dichas acciones hasta que
enmendemos el error en esta u otras vidas; por el contrario, si actuamos de
forma positiva, también de forma consciente, esas obras vendrían a actuar como
un borrador que fuese eliminando el mal creado Karma, y la Posición que determina
que hagamos lo que hagamos nada cambiará porque alguna divinidad decidió, en
algún instante, que nuestro Destino debía estar sellado, firmado y rubricado.
OJOS dice que las dos versiones son absolutamente falsas y que la Verdad posee algo, muy
poquito de ambas.
El Destino está escrito por nosotros mismos, por nuestro Dios Interno,
el de nuestro Corazón y nuestro Ángel Guardián, de la Luz y de la Sombra , que nos guiará de
forma callada por el camino que conduce a nuestro Destino Final; pero… sí, hay
un pero dado que solo está escrito el guión no la Comedia completa. De algún
modo es como si viniésemos a este Mundo con un guión al que ceñirnos, una
especie de memoria BIOS básica; pero donde cada intérprete debe de improvisar.
Esa improvisación es denominada por Los Invisibles como Epigénesis y que
pueden, de hecho lo hacen, cambiar los acontecimientos de forma radical, aunque
nunca el resultado definitivo.
¿Estamos condenados a reencarnar? Evidentemente si, si no despertamos
del profundo trance en el que nos encontramos y paramos el disco rallado de la Vida , bajar del escenario en
el que nos encontramos. Porque lo que conocemos, de forma impropia como
reencarnación, no es otra cosa que un bucle que se repite de forma ininterrumpida;
pero donde siempre hay ciertas variaciones como en “El Día de la Marmota ”. De hecho, como
vimos la Muerte
no existe más que como una especie de reflejo de algo verdadero y que solo
sentimos los que nos consideramos vivos. El partir para el otro mundo jamás es
sentido por el Viajero Cósmico como tal, dado que él procede a seguir su vida
en otros ciclos sin sentimiento de haber partido del lugar de origen, sino que
sigue en su actual vida tal cual, sin remordimientos, penas u otros
sentimientos. Eso sí, solo de un modo superficial, dado que interiormente algo
le dice que está mal aunque no sabe ni el qué ni el porqué.
Es el supuestamente vivo quien se hace las preguntas de ¿Por qué ha
partido? ¿Regresará o su ausencia será para siempre?; pero lo único importante
es que deberá continuar con su trabajo de vivir primero y despertar después.
Cuando despierte, con la imprescindible colaboración de su alma gemela, podrá
parar la llamada rueda del Samsara y que nada o poco tiene que ver con la
denominada Reencarnación, ya obsoleta para el conocimiento gnóstico de estos
últimos tiempos.
¿Existe un castigo por nuestras malas acciones? ¿Existe un premio por
nuestras buenas acciones? Podría ser así, en caso de que el Ser Interno, el
Dios único y verdadero lo hubiese programado así y estuviésemos sujetos a la
acción de nuestras consciencias; pero si esto no es así, el Castigo quedará, evidentemente,
impune y los supuestos premios también serán inexistentes. Más clarito el agua
del manantial.
Lo de los premios y los castigos son subterfugios que usan algunos
listillos para que basados en una simple ilusión actuemos como ellos desean,
les allanemos el camino de su propia Vida y puedan pasar por el Mundo como si
de un Recreo más que una Clase de escuela se tratara. No existe la Reencarnación ; pero
sí un bucle existencial que podemos parar entre todos; pero para ello hay que
despertar, encontrar al Alma Gemela y en íntima comunión mandar nuestra energía
de la Serpiente
tántrica hasta nuestra Estrella cósmica. Nuestro Eón, es de lo que se trata,
despertará con un profundo y sonoro bostezo que, como una reacción en cadena,
despertará al resto de sus dormidos hermanos. Llegados a este punto, se unirán
como una sola cosa y que no es otra que
la que penetró en esta burbuja espaciotemporal, como un Big Bang, y
desaparecerán, como un Big Crunch, llevándose consigo todo lo existente, no
dejando nada, para retornar al Mundo Original o Pleroma, de donde somos todas las
porciones de un mismo Espíritu originarios.
Por lo tanto, nuestro consejo podría plasmarse del siguiente modo:
Sigue la Vida ,
construyendo, según te dicte tu propia consciencia con la mirada puesta en ese
algo superior del que tanto tú como yo formamos parte. El resto es todo
complicación y lo complicado, que no pudiera ser entendido por un niño chico,
sobra y no es otra cosa que tara añadida que nos impedirá el despegue para nuestro
deseado regreso. Por cierto, si no funcionan
las leyes de Causa y Efecto para nosotros, en hipotéticas vidas
posteriores, menos lo hacen para los clones o figurantes de cartón piedra que
nosotros mismos pusimos en el escenario con el fin de llevarnos a las más
variopintas experiencias y que desaparecen vida tras vida.
OJOS