lunes, 7 de octubre de 2013

La Verdad nunca debe dar miedo


Hablando de las cosas del Espíritu, muchas veces nos planteamos como saber si de lo que se habla es verdad o es mentira. Es evidente que conocer si algo es cierto o falso no depende solo de una cuestión en particular; pero si hay cierto en algo de todo esto, es que si nos intentan meter miedo, seguro que no es Verdad.



*


-          Tú eres una basura y dependes de la bondad de Dios. Si no eres bueno y te portas mal irás derechito al Infierno.

(Falso)


-          Tenéis que cuidaros mucho con lo que hacéis, porque al otro lado del Umbral acechan monstruos indescriptibles que se alimentan de almas humanas.

(Falso)

-          Cuidado con el Demonio, que está siempre al acecho para llevar a la perdición a aquellos que se encuentran en el buen camino.

(Falso)

-          Si no os esforzáis, por encima de vuestras posibilidades, con el fin de ser merecedores, a los ojos del Creador, no podréis entrar en el Reino de los cielos y vuestra existencia será disipada.

(Falso)

-          Existe un Guerra en el Cielo entre las fuerzas del bien y del mal. Hasta el presente la Guerra viene siendo ganada por las monstruosas alimañas que se revelaron contra el Creador; pero con tu ayuda la batalla podrá ser basculada hacia el lado del Bien. Cuando te enfrentes al engañador, ten cuidado no seas atrapado en sus malignas fauces y ser digerido por las ígneas llamas de su maloliente estómago por toda una eternidad.

(Falso)

*

Podríamos seguir poniendo miles de ejemplos de intentar meter miedo con los demonios, el infierno y un sufrimiento execrable por toda una eternidad y, queridos amigos, todos serían falsos. A los sumo, sería tan cierto como lo es una función teatral, una película de terror o un videojuego de última generación.

Es cierto que el cuerpo del Ser Humano puede ser dañado y destruido. También su alma más material puede ser disipada con la muerte del cuerpo si ésta antes no ha sido entrenada para elevarse vibratoriamente al nivel de los Cuerpos más sutiles o espirituales; pero de ahí a un supuesto sufrimiento eterno, a una pérdida total y definitiva de la condición espiritual del hombre hay mucho trecho, demasiado, infinito.

El verdadero Ser Humano es, por naturaleza, inmortal y no puede ser destruido de ninguna manera, ni aquí ni en el Pleroma, su original mundo preexistente. Todo aquel que nos cuente que la bondad de una divinidad nos puede convertir en inmortales si somos merecedores de ello, nos está mintiendo y seguro que detrás de sus palabras se encuentran espurios intereses materiales.

Existen cuatro tipos de Personas:

Los cascarones, los profundamente dormidos, los dormidos y los despiertos.

Los cascarones son seres absolutamente artificiales. Su constitución física y psíquica no se diferencia de ninguno de los otros seres humanos; pero no poseen un alma inmortal  ni mucho menos un espíritu sempiterno. Estos seres humanos jamás se harán preguntas trascendentes a pesar de que puedan ser extremadamente inteligentes, carismáticos y poderosos. Ellos han sido puestos en el Mundo por los legisladores del Mundo, los conocidos en la Gnosis como arcontes. Vendrían a ser como títeres de cartón piedra o figurantes de una función dramática. Estos seres pueden, como cualquier ser humano, casarse tener hijos y poseer familias numerosas.

Generalmente se concentran en unas pocas familias, donde la mayor parte de sus componentes,  salvo algunas pocas excepciones, son todos cascarones vacíos cuyo destino es el eterno reciclaje y absorción por el verdadero Hombre Original o Adam Kadmón. Podría decirse que vienen a ser los cuerpos de algunos egregóricos arcontes. Su cometido principal, en el Drama del Multiverso, es dirigir la función Teatral por el sendero trazado por el guión original y crear las situaciones por las que deberán pasar los verdaderos actores, los verdaderos hombres y mujeres. Solo son Personalidad pura y dura.

Los profundamente dormidos, ya son hombres y mujeres verdaderos; pero su semilla cósmica está tan enterrada por capas y capas de personalidad, que en apariencia no se diferencian grandemente de los cascarones vacíos salvo por una nimia peculiaridad: Dado que son seres arquetípicos inmortales son indestructibles a nivel espiritual. Cuando se quiere dañar el cuerpo de un Ser Despierto, los arcontes no envían a los cascarones dado que ellos no tienen potestad alguna para dañar a los humanos verdaderos. Su programación original se lo impide; pero los profundamente dormidos, al ser, en el fondo, iguales a sus hermanos despiertos, sí pueden dañarlos y los arcontes se aprovechan de dicha situación enviándolos a batallar contra sus hermanos para así recoger su cosecha de Odio que es una de las más poderosas energías de las que se alimentan los egrégores y demiurgos.

Los dormidos, a secas, son aquellos seres humanos verdaderos que tras una profunda guerra interior, esa guerra siempre está presente incluso en los profundamente dormidos, han sido capaces de abrir una pequeñísima brecha por donde la metanoia gnóstica ha sido capaz de penetrar. En estos hombres y mujeres, las batallas interiores se intensifican hasta límites insospechados; dado que cualquier resquicio de espiritualidad verdadera será atacado, con furia, por los legisladores del Multiverso. Algunos de los dormidos terminarán despertando y liberándose de la prisión egregórica que constituye su Personalidad; pero la mayoría vendrán a ser enterrados bajo capas y capas de escoria de personalidad hasta que la luz de la Gnosis vuelva a dejar de poder influir en la chispa espiritual del hombre.

Los Despiertos, son siempre unos pocos que a base de ser influenciados por la Gnosis sobre su chispa de espíritu o átomos simiente han podido despertar a la Verdad: Que son Dioses sujetos al capricho de fuerzas artificiales sin vida propia. Evidentemente ellos ya no tienen miedo ni pueden ser atacados por los arcontes, de forma directa; pero sí que pueden ser perseguidos y destruidos sus cuerpos por las personas profundamente dormidas o simplemente dormidas. Es por ello, que los despiertos generalmente suelen ser muy discretos y trabajan por el despertar del HOMBRE y de la MUJER verdaderos de forma oculta y secreta.

Dicho esto, tenemos que recordar que el Miedo es un arma paralizante que usan los arcontes para desactivar a los profundamente dormidos y los dormidos; pero debemos ser conscientes que todo el dolor, sufrimiento y destrucción son experiencias teatrales, ilusorias y aunque muy profundas y sentidas, son irreales. Por lo tanto, todo lo que se revista de dolor, muerte, miedo y terror no puede hacer daño al Ser espiritual verdadero y por lo tanto nada hay que temer aunque tengamos que sufrirlo.

Los cascarones vacíos jamás se preocuparán por una vida venidera, dado que no poseen la natural añoranza por un Hogar abandonado o perdido, por lo tanto no debemos preocuparnos tampoco por ellos; pero ¿Se pueden identificar los cascarones vacíos de los humanos verdaderos? En principio no se puede salvo, de forma muy meticulosa, y solo por los verdaderamente despiertos e iniciados; por lo tanto, a nivel espiritual, todos los seres humanos deben de ser tratados del mismo modo. Pues allí donde pareciera estar una personalidad vacía pudiera encontrarse uno de nuestros verdaderos hermanos del Alma y allí donde creemos tener a un carismático hermano del camino, es posible que solo esté una personalidad programada para encaminarnos por el camino previamente trazado por los legisladores: El camino de vuelta al sueño profundo. ¿Por qué desean que sigamos dormidos? Eso se contará en otro momento.

OJOS