domingo, 20 de octubre de 2013

Ante la Verdad, siempre, siempre ¡Sed como Niños!


En aquel momento se acercaron los discípulos a Jesús, diciendo ¿Quién es mayor en el reino de los cielos? El, llamando a un niño, lo puso en medio de ellos, y dijo: En verdad les digo que si no se convierten y se hacen como niños, no entrarán en el reino de los cielos. Así pues, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos. Y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, me recibe a mí. Pero el que haga pecar a uno de estos pequeñuelos que creen en mí, mejor le sería que le colgaran al cuello una piedra de molino de las que mueve un asno, y que se ahogara en lo profundo del mar.

Mateo 18:1-6

Y Jesús dijo: Dejad a los niños y no les impidáis venir a mí; porque de los tales es el reino de los cielos.

Mateo 19:14

*

La mayor parte de las veces cuando se nos presenta la Verdad como algo simple y sin complicaciones dudamos de su veracidad, dado que entendemos que todo lo bueno debe de ser complicado y difícil de comprender, cuando lo cierto es que sucede todo lo contrario.

Cuando los profanos se acercan a las grandes verdades buscan encontrar complicados mensajes encriptados en un lenguaje esotérico que requiere de un prolongado tiempo de aprendizaje; pero yo os digo que esto no es así en absoluto sino todo lo contrario. Mientras más dificultosa sea de comprender una idea más fácil es que sea falsa.

Todas las escuelas esotéricas poseen un determinado argot que es manejado por todos sus iniciados. Argots muy parecidos unos a otros; pero con las suficientes diferencias para que el Iniciado de una determinada escuela no comprenda plenamente las enseñanzas de otra de las escuelas; pero en la que no haya sido iniciado.

La Gnosis no se enseña en dichas escuelas. Hacedme caso que estoy en lo cierto. Cuando alguien se apunta a una academia de artes marciales lo hace para aprender a defenderse y hacer automáticos determinados movimientos para que en determinadas circunstancias, adversas, de agresión pueda salir indemne. Dicho iniciado en las artes marciales, en una situación de combate, no puede pararse a pensar si tienen que utilizar una u otra técnicas de combate y mucho menos pararse a pensar como se denomina este o el otro movimiento defensivo. Resumiendo un experto en Karate lo demuestra combatiendo no realizando un examen teórico.

Al Profano, cuando se acerca a una determinada Escuela de Misterios verdadera, se le hace aprender unos determinados conceptos básicos que funcionan a modo de llave con la cerradura de la puerta que lleva a su consciencia interior; pero una vez que el Iniciado tiene contacto con su Ser Interno, tal jerga esotérica pasa a un segundo lugar y termina ocupando un puesto meramente anecdótico.

En un determinado nivel, bien avanzado, en la iniciación de las escuelas de misterios es incongruente que se le hiciera pasar al Adepto por unas pruebas básicas que ya pasara, antaño, en su propia escuela y si ello fuese así, solo demostraría la falta de preparación  espiritual de quienes reciben al Adepto de otra Escuela. Un Adepto verdadero está capacitado para descubrir a otro Adepto aunque pertenezca a escuelas de frecuencias vibratorias muy dispares.  Sería como hacer pasar a un séptimo Dan en Kárate, con el fin de iniciarse en el Taekwondo, por los cinturones más bajos de dicho Arte Marcial.

La Verdad Esotérica de la Gnosis es tan simple de comprender que hasta los más pequeñuelos, sin instrucción académica, podrían entenderla. Por lo tanto, os conmino a ser humildes como humildes son todos los invisibles y no os arroguéis la soberbia propiedad de hablar la sagrada e incomprensible lengua de los pájaros o el angélico lenguaje de la cábala sagrada.

Si intentáis poner a prueba a uno de los invisibles con dichas pruebas básicas, del significado de determinados y peculiares conceptos, lo único que obtendréis como respuesta es una rotunda negativa a someterse a dichas pruebas; pero lo peor de todo es que habréis demostrado vuestra cristalización en los escalones más bajos de la Iniciación; dado que no habéis sido capaces de descubrir la sabiduría filosófica del Adepto en la ingenuidad infantil del verdadero Iniciado. ¿Cómo puede el Tal acercarse a vosotros que estáis tan atrasados? Se alejará como no puede ser de otro modo.

Por lo tanto, queridos Hermanos y hermanas, fratres y sórores, amigos y amigas, os insto a ser humildes con el humilde y desechar la arrogancia en todo momento si queréis disfrutar del verdadero placer de la sabiduría eterna y que se encuentra en vuestro interior. Si intentáis colocaros en una posición de supuesta superioridad estaréis fracasando ante vuestro propio Maestro interno. Estar a la defensiva, intentando descubrir el error en el supuesto iniciado que se acerca a vosotros os ciega y no deja ver la verdad. No podréis conocer cuando se acerca el engaño o la verdad pues habréis ahumado en exceso el óculo de la comprensión y os impedirá ver lo que se os avecina.

Por lo tanto el consejo de los invisibles es que abandonéis toda posición a la defensiva y os entreguéis al extraño. Eso, en caso de ser un falso Iniciado, lo desarmará y lo dejará a vuestra absoluta merced; por el contrario, si se tratara de un verdadero Adepto, no haréis el más espantoso de los ridículos y del que podríais arrepentiros para toda la Vida.

Para acercarnos a las cosas del Espíritu debemos hacernos como uno de esos pequeñuelos de lo que Jesús tanto buscaba rodearse. Si buscáis conocimiento probablemente os estaréis equivocando, pues el parentesco entre la Sabiduría y el conocimiento es bastante lejano. Alguien con muy pocos conocimientos puede mantener en su interior la Sabiduría del Maestro Interno y, sin embargo, alguien con muchísimo conocimiento es posible que esté tan lejano de la sabiduría como un rico lo está de poder entrar en el Reino del Pleroma.

Porque la "sabiduría de este mundo" (el conocimiento) es locura para con Dios; pues escrito está: Él encadena a los (supuestos) "sabios" en su propia necedad.

Corintios 3:19

*



OJOS