Cuando venimos al mundo de los efectos, lo hacemos primero arropados por
el útero de nuestra madre y después por una familia que nos ofrece calor
humano, cariño, cuidados y alimentos.
Esto es en la generalidad de los casos, cuando la criatura no es abandonada
por uno o ambos progenitores.
En el transcurso de nuestra Vida, como animal social que es el Cuerpo
que ocupa el Espíritu Eterno e Inmortal, intenta agruparse y rodearse de los
congéneres con los que mayor afinidad pudiera tener o, en su defecto, de
cualquier otro colectivo humano. Podría argumentarse que esa actitud social
viene de un apunte genético que nos insta a buscar protección en el grupo, en
lo colectivo. También que se nos ha condicionado desde muy infantes a actuar de
dicho modo, dado que en la naturaleza y sobre todo en el mundo de los mamíferos también existen unas pocas especies animales que han decidido acompañarse de la
soledad, salvo cuando es buscada una pareja reproductora.
Cuando un individuo de nuestra especie es instado, por su Ser Interno,
a buscar el camino iniciático del Despertar Espiritual, más pronto que tarde
termina comprendiendo que la mayor parte del camino está sembrado de
incomprensión y soledad, tal y como lo describiera Platón en su mito de la Caverna ; pero eso es algo que,
una vez seguida la vereda del conocimiento y posterior sabiduría, es
completamente necesario dado que la Iniciación del Espíritu es algo único, para cada
uno y muy particular. De algún modo podemos afirmar, con rotundidad, que no existe
un camino iniciático común e idéntico para cada uno de los seres conscientes
que pueblan el universo estrellado.
Aunque el Espíritu Eterno es único y está conectado con el todo del
Cosmos, consigo mismo, sin embargo las partículas que hacen conscientes a
determinadas criaturas pensantes se encuentran diferenciadas y programaron su
existencia para conseguir en el plano material experiencias únicas e
intransferibles.
Los seres espirituales debemos ser conscientes que una parte importante
y crucial de nuestro Destino pasa por la Soledad ; dado que es solo en la soledad donde el
sutil mosto de las experiencias puede fermentar y transformarse en el
espirituoso licor del Hombre Nuevo e Inmortal.
Es evidente que para que el proceso de crisálida espiritual se lleve a
efecto es necesario que la larva humana posea esa chispa divina y, que no es
otra que la que termina provocando la divina transformación. ¿Todos los humanos
poseemos esa chispa de espíritu? Nos gustaría que nuestra respuesta fuese
afirmativa; pero lamentablemente no lo es. ¿Qué la mayoría de los que la poseemos
nos encontramos dormidos y hay que despertarla? Ciertamente, así es; pero hay
unos cuantos, no sabemos si muchos o pocos, bípedos primates inteligentes que,
aún pareciendo humanos no lo son; dado que son de este mundo y perecerán con
él, dado que la chispa de luz espiritual es inexistente en su Ser.
Esos seres, siguiendo unas directrices concretas de pura supervivencia
son los que disfrutan con que este Mundo material perviva, tal cual: Como el terrorífico
infierno en que lo han convertido.
Bien, dicho esto, va siendo hora de que tras todo lo expuesto en este
lugar, a modo de formación previa, vayamos desenmascarando a las alimañas que
nos mantienen esclavizados para ser su alimento y prisioneros en un bucle sin fin, a modo del día de
la marmota, con la única intención de que ellos puedan seguir medrando a su
antojo en lugar de desaparecer y acabar con la función; lo cual, no era otra
cosa más que su programación original.
El neoliberalismo capitalista, los gobernantes y sus falsas
democracias, las religiones prostituidas con el poder han hecho que este mundo,
en lugar de ser un poco más amable con los seres que en él viven, es decir más
humanista en el sentido profundo del término, se haya convertido en un mundo
frío, cruel y donde el amor descampa por su ausencia. Muchos de esos seres, aunque
parezca mentira, son nuestros hermanos; pero se encuentran profundamente dormidos y hay
que despertarlos aunque sea a mamporros; pero hay otros, más ocultos,
patriarcas sobre todo, de antiguas y poderosas familias que son los títeres materiales de marionetistas más sutiles que manejan
los hilos del poder desde tiempo inmemorial. Gentes que, hipócritamente, tras desposeer al menesteroso
ofrecen algunas míseras migajas de su patrimonio a organizaciones altruistas y
benéficas con el fin de ocultar sus verdaderas y ladinas intenciones.
Sería harto difícil y peligroso dar nombres y apuntar a alguien en
particular, dado que sería tan sencillo equivocarse como intentar diferenciar
dos electrones en el interior de la estructura de un átomo; pero no obstante, es
necesario que la gente espiritual despierte y conozcan la verdad porque este
Mundo ni fue nunca un paraíso ni por mucho que construyamos templos materiales
en él lo transformaremos, plenamente, en algo bello y benigno.
Se dice que la
Naturaleza es sabia y bien cierto que es; pero juega a un
juego al que deberíamos negarnos a jugar. Su juego es cíclico y continuo como en
una noria, dialéctico y bipolar como el movimiento de un péndulo donde el vivir y el morir son solo
una porción muy pequeña dentro de una estructura mayor. El Hombre, tanto el varón como la hembra son guerreros que tienen la
misión de frenar la noria y parar el péndulo para que todos los auténticos
extraterrestres que vivimos en él podamos bajarnos algún día y regresar a
nuestro verdadero hogar: El Pleroma lo denominamos los gnósticos y el Nirvana
los budistas.
No entremos en el Juego del capitalismo neoliberal ni en el de las
religiones establecidas tampoco; mucho menos al de los políticos que solo desean llenarse los bolsillos con monedas de plata y saborear un suculento bistec de vaca. Intentemos vivir parcamente como peregrinos
que vamos de paso por la vida. No afiancemos apegos que nos arrastren
gravitacionalmente a continuar en este Mundo sino que elevemos electromagnéticamente
nuestra natural ansia hacia los espacios del Espíritu y solo así, cuando la divina
crisálida de la soledad se abra, nos podremos convertir en la bellísima
mariposa que, tras ayudar a sus dormidos hermanos, también pueda alzar el vuelo y elevarse lejos, muy lejos de este mundo
construido con los ladrillos de la maldad, la miseria y la corrupción.
OJOS