Tomando el Pleroma por asalto


“Y desde los días de Juan el Bautista hasta ahora al reino de los cielos se hace fuerza; y los valientes lo arrebatan”

Mateo 11:12 (Reina Valera 1909)



Robert Anton Wilson
Dicho de otro modo:

Al Reino de los cielos no llegan, los cobardes, mediante la  violencia, tan solo los valientes podrán tomarlo por asalto.

Cuando aquí se habla del Reino de los Cielos se está refiriendo, no a la Sephira Kether ni al segundo, tercer o séptimo cielo de los ocultistas, sino al Pleroma; el lugar primigenio de donde es originario el Espíritu del Ser Humano.

El Pleroma no está más arriba, más abajo o en otro lugar, desplazado, respecto del mundo que conocemos en la actualidad. El Pleroma ocupa exactamente el mismo espacio, por así decir, que el multiverso que puede ser observado por nosotros, las entidades espacio-temporales.

Existen infinidad de multiversos plegados dimensionalmente unos dentro de otros, o sobre otros, y es posible su convivencia dado que cada uno de ellos vibra a una frecuencia diferente sin prácticamente interferirse los unos a los otros.

Si hay una cosa segura es que solo el Pleroma es el Universo Original pre-existente sin un principio ni un final. Todos los demás universos surgieron de él, si por una anomalía accidental o por algo premeditado y buscado lo desconocemos y solo podemos especular. Quizá Dante no fuera mal encaminado cuando denominó a nuestro Mundo como la Divina Comedia. 

Quizá, solo quizá, el Ser Humano primigenio y al que los cabalistas denominan como Adam Kadmón, sea un afamado intérprete de obras de teatro cósmicas y nuestro Universo tan solo sea un gigantesco escenario donde representa sus secuencias teatrales. Quizá, también, solo quizá, todos y cada uno de los universos que conforman el Multiverso sean diferentes escenarios, donde se representan diversas obras interpretadas por actores diferentes, que siempre existieron y nunca dejarán de existir.

Por otro motivo desconocido, el Ser Humano actual desconoce porqué se encuentra en la situación actual y porqué dejó el Pleroma para penetrar en un mundo donde la destrucción y el dolor son amos y señores. Quizá solo quizá, el Hombre original abandonó su memoria, en el Pleroma auténtico, de forma voluntaria para realizar, acompañado solo por el libreto interpretativo, la más afamada interpretación de los verdaderos hombres, sin que la personalidad propia del Divino Intérprete pudiera interferir con el guión establecido.

Todas las interpretaciones teatrales tienen un principio y tienen un final. Sin embargo en el mundo de la dialéctica pendular esto parece que no se viene cumpliendo y, como en el Día de la Marmota, todo se repite una y otra y otra vez; dado que la rueda del destino gira y gira sin parar; de algún modo, es como si alguna pieza de una desconocida maquinaria fallara por haberse descompuesto.

Una vez que el Ser Humano descubra que es una divinidad venida a menos podrá vencer todos sus complejos, abandonar sus miedos, fruto de la ignorancia, y enfrentarse a los arcontes o legisladores que gobiernan el actual Universo espacio-temporal: Sí, porque los Arcontes legisladores y los demiurgos constructores no son mayores que el Espíritu Humano, sino que se trata de criaturas artificiales construidas para mantener estable y utilizable el escenario teatral.

Mientras los hombres y mujeres temamos a las fuerzas de la naturaleza estaremos sujetos a ellas; seremos sus vasallos, sus esclavos; pero el día que comprendamos la majestuosa verdad, ese día conoceremos como somos conocidos y tomaremos, de nuevo, el control de la Obra teatral que se está desarrollando y no habrá fuerza o maquinaria invisible que siga sojuzgando a su único Dios, el Hombre.

El Sistema se realimenta gracias a la Ignorancia de su Señor, el Hombre; dado que esta alimenta al miedo y produce la superstición. La superstición nos lleva al fanatismo, al egoísmo y la más ambiciosa de las competitividades, por querer convertirnos en lo que ya somos, aunque no lo sepamos; pero a costa de dominar, siempre de modo indigno, al resto, a nuestros iguales.

OJOS