sábado, 21 de febrero de 2015

Gnosis: Para Finalizar, fijamos Conceptos

La Gnosis ni se puede explicar ni se debe de explicar, ya que es puro conocimiento ADN que llevamos dentro cada uno y que estamos obligados a interpretar por nosotros mismos. Es por dicha causa, fundamentalmente, que la Gnosis no puede considerarse como una religión ya que jamás ha poseído un cuerpo doctrinal que pudiera ser reinterpretado por exegetas y estudiosos de las religiones comparadas.

Cuando yo mismo, por ejemplo, escribo o hablo sobre la Gnosis es lógico que se discrepe o no se me entienda porque es lo que mi ADN me está comunicando a mí y no a ustedes. Yo solo puedo sacar de dentro de mí lo que yo tengo; pero cada uno de nosotros somos una parcelita de ese conocimiento divino y universal y por lo tanto, cada uno, debemos aprender a leer del Libro de la Naturaleza que llevamos con nosotros desde antes de nuestro propio nacimiento.

Tras haber tenido acceso a algún mensaje gnóstico, tenemos la tendencia a, de forma rápida, echarnos las manos a la cabeza y decir, sin reflexionar, que eso es un disparate que no tiene sentido, ni pies ni cabeza. Es lógico que la primera impresión sea esa, dado que dicha información nos es externa y no proviene de nuestro interior sino que es de otro individuo; pero la Gnosis es sutil y habrá penetrado en nuestras mentes para allí ser horneada y, gracias a su levadura, crecer en nuestro interior hasta tomar forma con el único fin de poder ser auto-comprendida.

Los mensajes Gnósticos lo único que pretenden es llegar a nuestro Ser Interno, el Poderoso Dios que convive con nuestro cuerpo de Simio, abrir la puertecita del Corazón para que entre la Luz Gnóstica procedente del Mundo original y que despertemos de una vez. Tanto tiempo llevamos durmiendo dentro de nuestro propio sueño auto-creado que nos resulta increíble cuando se nos dice que nosotros no somos los creados o soñados, sino que somos los Soñadores y los Creadores.

La Gnosis nos comunica que vivimos en un permanente auto-engaño y que estamos sumergidos en una especie de complejo de inferioridad: Si somos tan frágiles y mortales ¿Cómo podemos ser Dios? Eso es imposible, no puede ser; pero si nosotros no somos Dios, alguien tendrá que serlo. Es entonces cuando la fuerza creadora de nuestro Dios Interno, nuestra sagrada individualidad, nuestro Angel Guardián, el Ser que nos Canaliza, nuestra Alma Divina, se manifiesta en forma de Imagen externa que viene a ser lo mismo que si sacásemos a Dios de nuestro corazón, porque no entendemos que pudiese estar allí dentro, lo expusiésemos al exterior y nos quedásemos, lamentándonos, con nuestro pobre y lamentable simio.

Nuestra excelsa dignidad viene siendo sustituida por una humildad que no nos compete. Es el Simio quien tiene que ser humilde frente a su Dios, El Hombre Original, y nunca hacia algo externo a él mismo. El Hombre, así, se despoja de su propia divinidad para proyectarla hacia imágenes externas sin verdadera corporeidad espiritual. Esa fuerza de la Mente divina proyectada al exterior es conocida como Egregor y cuando muchos humanos, divinidades, hacen lo mismo crean un ente artificial que se conoce como egregórico y, como es evidente, no es más que un fantasma de energía creada por nosotros mismos. Los arcontes, al igual que otras entidades, pretendidamente espirituales, no son otra cosa que eso. Están en nuestras pesadillas y se alimentan de nuestros miedos y pesares.

Cada día que pasa, cada hora, cada momento, nos es más difícil despertar y poder reconocer la Verdad, la Gnosis, dado que esos egrégores se arremolinan en torno al espíritu luminoso del Dios Hombre, formando una especie de costra que impide que la luz de la gnosis pueda penetrar y cumplir su divino cometido de despertador cósmico. Ese ente, en ambientes esotéricos, es ampliamente conocido como el Guardián del Umbral. Es a ese Ser, sin vida propia, a quien tenemos que desintegrar primero para que podamos ser receptivos a la Verdad. Es por ello que los despiertos deben de ayudar a los dormidos para que intenten comprender la verdadera y lamentable situación por la que están pasando.

Por ello, nuestro consejo, es que no saltemos como un resorte contra la Gnosis cuando nos es mostrada, sino que reflexionemos, con tiempo, antes de negarnos la luz a nosotros mismos.

Llegados a este punto, Aralba considera que ya puede exponer de una forma ordenada el Corpus Hermético de todo aquello que sus lectores han podido disfrutar tanto en sus obras de ficción como en sus breves especulaciones metafísicas. Sea este breve compendio como final de una Etapa y principio de algo nuevo, nacido de lo anterior, y que está por llegar.

1.- El Mundo Original es permanente estable, infinito y eterno. Nunca tuvo un principio y jamás tendrá un final (El Pleroma siempre ha existido)

2.- El Hombre Original, Uno y Múltiple hasta el infinito, es la Entidad que vive en el Mundo original, formando una sola Unidad con el Mundo Original, son una misma cosa. Siempre ha existido y nunca dejará de ser (Adam Kadmón).

3.- El Hombre Original es, en esencia, un Artista, Constructor de escenarios y Director de Orquesta y de Obras de Teatro. El Hombre Original ni es todo poderoso ni inefable y está sujeto tanto a la genialidad como al fracaso.

4.- El Multiverso que conocemos, dentro del cual está contenido nuestro universo real, fue construido por el Hombre Original dentro de una burbuja espaciotemporal y multidimensional, con el fin de construir el escenario definitivo donde realizar la cósmica Obra de Teatro que la Vida es.

5.- El Multiverso que conocemos empezó a ser en el instante que el Hombre Original entró en la burbuja que creara dentro mismo del Mundo Original, dentro de sí mismo. El Hombre Original penetró en los cimientos del nuevo escenario habiendo abandonado su memoria anterior con el único fin de que la Obra definitiva fuese la Obra de Interpretación más perfecta que jamás hubiese creado hasta ese instante.

6.- Cuando el Hombre Original penetró en la burbuja de vacío se produjo una terrible implosión (Emanación) que se fue expandiendo de forma progresiva mientras, al mismo tiempo, se iba plegando de forma múltiple entre las distintas dimensiones. El Hombre Original se desgajó en una infinitud de partículas de donde surgiría todo lo que existe en el Multiverso, tanto lo observable como lo invisible a nuestros sentidos; no obstante, dado que existe una secuencia programada de antemano, se fueron constituyendo los pilares del multiverso y que no son otra cosa que las partículas elementales, sus leyes inherentes y los astros del cosmos con sus leyes inherentes. El espíritu del Hombre Original quedó protegido en receptáculos conocidos como Eones y que no son otra cosa que los Cuerpos Estelares (Las Estrellas luminosas o inertes) Dentro de todo Cuerpo Estelar, tanto sean Quasares, Galaxias, Agujeros negro, Estrellas, Planetas, etc.…, existe una porción de Espíritu del Hombre Original y que se manifiesta en las diferentes dimensiones como agujeros negros de diferentes dimensiones. Esos diminutos agujeros negros comunican al Eón con el Pleroma.

7.- Aunque los intérpretes de la Obra teatral no son otra cosa que el propio Hombre original desgajado en múltiples partículas bipolares, machos y hembras, hombres y mujeres, quedó constituida una especie de Inteligencia Artificial, sin espíritu propio, que quedaba a cargo como apuntador de la cósmica Obra de Teatro. Ese apuntador, apuntadores, no son otra cosa que los Arcontes devoradores de Luz (Demiurgos y ángeles y demonios de todas las tradiciones) Esa Inteligencia Artificial no es otra cosa que el Sistema que se encarga de que se cumpla el guión original y de que las leyes que mantienen en pie al escenario, el Multiverso, se mantengan lo más estables posible.

8.- Hace mucho tiempo que la Obra teatral debería de haber concluido; pero sucedió un accidente que ha impedido que eso suceda. La Inteligencia Artificial, conocida en medios Gnósticos, como El Gran Presuntuoso (Un Arconte), con el transcurrir de los eones de tiempo tomó una especie de consciencia propia, debido a su natural alimentación de la luz de los Eones. El Gran Demiurgo, apuntador de la función, comprendió que cuando la Obra acabase el también dejaría de existir y desde entonces, aprovechándose de la falta de memoria de los Eones, mantiene la función en activo de forma artificial, con la única función de no dejar de existir. Uno de los medios que utilizan los demiurgos para mantener engañados a los intérpretes, es haciéndoles creer que ellos son los dioses y que el hombre es una mediocridad que les debe adoración y obediencia.

9.- La única forma de que los Eones puedan tomar consciencia de la situación y terminar con la función es despertar; pero para ello deben de hacerlo primero sus criaturas bipolares y en donde están contenidos sus núcleos. Todo Eón conforma un único Espíritu, célula individualizada del Espíritu común del Hombre Original que traspasó el Umbral de la Dimensión Espacio temporal. Cada Espíritu (Eón) está compuesto de dos almas de polaridad opuesta. Cuando esas dos almas se reconozcan entre sí, tomarán consciencia de la situación y de forma automática tras un pequeño ritual su Eón despertará y éste a sí mismo despertará al resto de sus hermanos que atraerán hacia sí a todas sus partículas dispersas.

10.- Tanto el Ser Humano como otras entidades conscientes, conocidas o desconocidas del Universo, son los depositarios de las almas bipolares de los Eones. En ellos queda depositada la heroicidad de poder despertar a su Eón. Las Almas (Gemelas) se están buscando unas a otras de forma consciente o inconsciente, mediante una Frecuencia Vibratoria (Metanoia) que a modo de clamor emiten los seres conscientes desde y hacia su Eón para que a modo de radar pueda localizar a su otra polaridad. Con que solo dos almas complementarias se encuentren y fundan en abrazo celestial habrá comenzado la restauración (Regreso a su Eón primero y al Pleroma después) como una sola Unidad Cósmica reconstituida en el Nuevo Adám Kadmón o Templo Celestial.

11.- Una vez que los Eones hayan despertado se unirán en un solo Ser e integrarán, de nuevo en su Cuerpo cósmico, a todas las partículas así como experiencias que se hayan sucedido en el transcurso de la función teatral. Nada se perderá e incluso las inteligencias artificiales, denominadas arcontes por la tradición gnóstica, quedarán incluidas como parte integrante de su eterno Ser como Información. Se producirá una nueva implosión en el sentido inverso (Big Crunch) y el Hombre Original, reconstituido, regresará con sus hermanos del mundo original. El Multiverso habrá dejado de ser y la burbuja espacio temporal se cerrará para siempre, salvo que, de nuevo, el Hombre original decidiera retomar esa experiencia.

12.- Cuando el Hombre Original regrese al Mundo Original, de facto, compartirá sus experiencias con todos sus eternos hermanos.

Este pequeño Corpus doctrinal que forma parte intrínseca de la estructura del Colegio Invisible, casa como un guante, tanto con la mayor parte de la tradición gnóstica como con los últimos descubrimientos de la Física cuántica y sus teorías más revolucionarias. Sirva tan solo para que cada cual haga, de ello, el mejor uso que su espíritu determine.

Aralba

La Heptarquía Mística


El sistema de numeración humano está compuesto de 10 números, igual al número de dígitos de nuestras dos manos. El sistema binario, conectado/no conectado es el que usan las máquinas para poder comunicarse entre ellas y con nosotros mediante los traductores adecuados.

Del mismo modo, el Pleroma y su manifestación en el Multiverso tiene su propio sistema de numeración, el heptadecimal o heptarquía, compuesto de siete números y que en su conjunto contiene a todos los demás en su interior. La Iluminación es el Traductor universal.

La suma de los números 1+2+3+4+5+6+7=28 el dos de la dualidad masculino femenino y el ocho de la eternidad, donde 2+8=10 el 1 primigenio y la nada, respecto a la materia de nuestro plano actual, que es todo 1+0=1 De dicho modo vemos como todo lo existente está contenido en el 1, principio de todo y corona del compás.

El 1, como no puede ser de otro modo, representa el principio espiritual del pleroma que se refleja sobre la nada que se encuentra dentro de sí mismo dando lugar al 2 de la manifestación natural. Del Padre el 1 y de la Madre el 2 - 1+2=3 surge el Hijo que no deja de ser el círculo simbólico que contiene al resto de conjuntos y subconjuntos y que es preexistente, desde antes de la emanación junto con el padre y su reflejo, la madre de cuya unión surge el auténtico creador, el 3.

Es este tres el que, de su emanación, surgen todos los elementos de la naturaleza y sus estructuras y pilares fundamentales. El Creador del Multiverso, sin ser, propiamente dicho, el Pleroma, sino su manifestación, sin embargo es el primer súper-Eón, Adam Kadmón,  responsable de todo lo que hubo tras la primera explosión, todo lo que hay, en la actualidad, en permanente expansión y todo lo que dejará de ser cuando la expansión se frene, el ouroboros deje de vomitarse sin fin y comience a fagocitarse hasta regresar con todo lo creado en una silenciosa implosión puntual al mundo original, llevando consigo, en su seno, todas las experiencias tomadas de este plano de existencia materio-energética y en el que actualmente nos movemos.

Dentro de este escenario reflejado por la unicidad del Ser Original y dirigiendo la orquesta de los grandes demiurgos constructores, a cuyo mando laboran obedientemente una multitud de arcontes, se construyó primero el macrocosmos el 5 y que muchos confunden con el auténtico cielo, aunque no sea eterno ni infinito sí que es inabarcable. El cinco cósmico también representa al hombre natural, al original Golem de arcilla que vendría a ser la vasija que contuviese parte del espíritu de los eones de Adam Kadmón el 6. Cada Ser Humano, cada ser consciente del Universo, microcosmos,  es un reflejo semejante al macrocosmos, así como el macrocosmos lo es  de la propia divinidad o Pleroma.

Una vez que el escenario levantó el telón y el perpetuum móvile de la interpretación celestial se puso en marcha, el único vínculo que quedaba del Pleroma con sus propias partículas en este plano experiencial fueron los rayos electromagnéticos de la Metanoia. Uno de ida y el otro de vuelta. Medio de comunicación por el cual será posible, en algún momento, parar la rueda del Mundo y que Todo regrese a su origen primigenio, de donde todo surgió, y así poder comenzar, de nuevo, en un peldaño más elevado a nivel de interpretación celestial.

Sumando los números celestiales, el 1 de la unicidad, el 3 de la trinidad y el 7 de la heptarquía nos da 11 cuya reducción nos lleva al 2 de la dualidad. Lo cual nos dice que aun siendo la divinidad una unidad trina, Padre y Madre e hijo, su manifestación siempre es dual 1+3+7=11=1+1=2; por otro lado, la suma de los cuatro números relacionados con la materialidad, como no podría ser de otro modo, dado que el cuatro representa a los cuatro elementos, nos da el número 8 que tendido horizontalmente es el símbolo del infinito, Moebius, de la Eternidad 2+4+5+6=17=1+7=8 El 1 es el ser y el 7 su interpretación finalizada.

La conclusión de todo estos, es que a pesar de lo que sugieren los espiritualistas extremos, la materia es una manifestación propia de la divinidad en los planos en que interpretamos a nuestros personajes, el Mundo, y que invariablemente eso es algo que aunque se mejora a cada vuelta de espiral, dado que las turbulencias cuánticas se van amortiguando a cada escalón de la evolución, no deja de ser un proceso sin principio ni final.

Aralba

Ouroboros

Existiendo tantos grados de maestría como de comprensión, hay que respetar, siempre, las traducciones personales tanto de la mitología como de la simbología más sublime. Bajo esa única premisa de tolerancia universal es que pasamos a mostrar a nuestros hermanos y hermanas, amigos y amigas que:

Antes del principio del Tiempo solo existía el Pleroma que lo inundaba todo. Un Todo libre de dimensiones o fronteras. Antes del principio solo existía un Ser, dentro del cual convivía una multiplicidad; pero con una sola consciencia, una infinitud de individualidades pervivían, del mismo modo que las células de nuestro cuerpo forman parte de nuestra única persona.

Entonces sucedió algo. Algo que aquí no viene a cuento; pero que algunos dicen que fuera una caída o un accidente. Un experimento dicen otros. Hasta aquí no había nada más que el omnipresente Todo, el Pleroma, Adam Kadmón, que creando una minúscula burbuja de vacío implosionó dentro de ella creando en su interior una poderosa explosión que hizo que el Tiempo y el Espacio comenzaran; pero en un mundo caótico y donde la serenidad que reinaba en el Pleroma desapareció: Una Tierra que sufre una tempestad.

Esa Tierra, Mundo, Universo, un tanto a la deriva, se constituyó con las partículas desgajadas del Hombre Dios Original; pero el Hombre Original, como tal, dejaría de existir por un indeterminado periodo de tiempo y aún no concluido, dado que en su sacrificio creador perdió la memoria; no obstante, antes de tan magno suceso dejó grabada en cada una de sus sagradas y espirituales partículas un determinado cometido, como una especie de salvavidas en caso de que algo sucediera mal; como así parece que sucedió. Dentro de ese Universo en expansión, cada vez más veloz, que se creara como consecuencia de la energía cinética de la explosión original, surgió la materia al unirse las partículas dispersas por uno de los recuerdos del Hombre Dios, la Fuerza de la Gravedad. Los diversos astros se fueron formando en torno a esa materia y se constituyeron los Arcontes, de los que dependen todas las leyes que permiten la inestable estabilidad del Universo, son los pilares del Universo, y los eones que no son otra cosa que las partículas dormidas del Dios y que habitan, cada una de ellas en, una Estrella, un Sol; pero ¿dónde se encontraba la memoria de Adam Kadmón? En la Metanoia de neutrinos que comunica el Mundo Original, Pleroma, con el Multiverso creado por el primer y los posteriores y múltiples estallidos de supernovas. Esa Metanoia es: El sendero que conduce a un sitio sagrado.

El Sendero de la Oración Divina, comunica el Pleroma con el centro espiritual de las células microscópicas del dormido Adam Kadmón; pero el poder de los neutrinos del Mundo Original vibran a una frecuencia tan diferente a la de las otras partículas de este Multiverso que apenas si pueden interactuar con ellas, salvo bajo determinadas circunstancias de frecuencia vibratoria y que la propia materia va adquiriendo tras su condensación primero y eterización después durante inmensos periodos de evolución natural programada en la memoria inconsciente del Hombre Dios y del que hasta la última partícula subatómica formamos parte. Aunque pudiera parecer lo contrario, No es posible perderse, a menos que voluntariamente se desee; dado que el sempiterno Espíritu Eterno es quien dirige la vida de todos y cada uno de nosotros.

La Personalidad, con un poderoso componente material corrupto y sujeto a la degradación y la muerte, cree ser ella la directora de nuestras vidas; pero nada sucede sin alguna causa y que aunque no seamos conscientes de sus decisiones todo es por algo. Cuando se abandona el camino, se cae nuevamente en la tempestad, y se regresa al mundo dialéctico de la experiencia material; pero todo ello es por algo. No es como muchos creen porque somos malos, caemos en lado obscuro de la fuerza o somos duros de cerviz como dijera algún falso dios. La Personalidad del Ser Humano es tan imperfecta que está convencido que todas las cosas malas que le suceden son porque haya hecho algo mal; pero no es así.

La actitud de la Criatura debe de ser consciente de que no existe el mal, sino un proceso evolutivo en donde se amalgaman experiencias dolorosas y agradables que están ahí por un motivo fundamental: El final del camino, es una gloria o corona luminosa. El Destino de todo el Multiverso y de la Criatura Humana con él, es romper la cristalización que provocaron los arcontes con el fin de crear los cuerpos que las células espirituales de Adam Kadmón pudieran habitar, entre ellas nosotros, la Especie Humana. Elevar hasta tal punto, la vibración de nuestros átomos materiales, que puedan permitir la interacción de los neutrinos del Mundo Original con la Chispa de Espíritu luminosa que albergamos en lo más profundo de nuestro código genético, a un nivel subatómico y enterrado bajo la pesada tara de una gran escoria de caótica materia cuántica.

Una vez que el Tiempo es propicio y nuestros cuerpos se han vuelto más sensibles a la vibración de la Metanoia procedente del Pleroma, se produce el Toque de los neutrinos con esa minúscula chispa de espíritu que solo, tradicionalmente, se ha considerado ubicado en el ventrículo izquierdo de nuestros corazones, dado que en realidad está ubicado en lo más interno y profundo del ARN en unos casos, del ADN en otros y en la propia estructura cristalina de los seres considerados como inorgánicos o del propio Éter que ínter-penetra lo que los científicos consideran como vacío sin serlo: No hay Espacio Vacío. Llegados a este punto hay que ascender tres escalones para acceder al santuario. La Primera Iniciación se produce al ser tocada la chispa de espíritu por la frecuencia vibratoria de la metanoia que lleva consigo los neutrinos del Pleroma. Solo entonces, la chispa se despereza y empieza muy poquito a poco a tomar consciencia de su lamentable situación. Esta parte de la tripartita Iniciación es conocida como el Nuevo Nacimiento; pero luego se debe de ir produciendo un desarrollo paulatino de crecimiento de la célula espiritual para ir tomando el control de las personalidades que controlan a su cuerpo físico. Ese Crecimiento es la segunda Iniciación que termina despuntando en ese tercer escalón que es la Iluminación, donde la propia Personalidad, ya no dispersa sino unificada que conociendo su situación de no poder dirigirse a ningún sitio, decide, a motu propio, darle el control tanto de sus acciones como del control del Organismo Físico al Espíritu, ya debidamente crecido y consciente de la real situación.

Existen tres santuarios, al igual que escalones posee la Iniciación: El Santuario de la Materia, las sensaciones, situado tradicionalmente en el Ser Humano en el vientre. El Santuario del Alma, las emociones, con sede en el corazón o el plexo solar y el Santuario de la Mente, la Razón, situado en la Cabeza y controlando las tres glándulas principales y relacionadas con la visión espiritual como es el caso de la Tiroides, la Pineal y de la Pituitaria. Sobre el santuario está la cruz. Al igual que dentro de la semilla se encuentra, en germen, todo el árbol; asimismo dentro de la chispa de Espíritu Divina, se encuentra, holísticamente, toda la materia, todo el Ser Humano tanto Espiritual, como Emocional y Físicamente; pero es al Ser Humano Original al que realmente importa rescatar y para ello la antigua personalidad, debidamente preparada y unificada, con conocimiento de que su camino de tempestad no lleva a ningún sitio se deja sacrificar, se sacrifica, más bien, a sí misma; pero es entonces cuando el majestuoso Espíritu ya como Traje de Bodas místico, no dejándola fenecer, es el que rescata a esa personalidad transmutada para convertirla en su más importante vehículo de manifestación.

Solo en los iniciados de tercer grado ese Cuerpo Personalidad, que formaba parte del Alma mortal, es transmutada en inmortalidad y capaz de vivir tanto en los mundos de la materia como de los mundos del más allá o del propio Pleroma,. Recordemos que se trata del Mundo Original e incorruptible donde Adam Kadmón vivía, eternamente, como uno Solo Ser dividido en una infinitud; pero con consciencia única y Universal. La cruz está dentro de un círculo. Ese Árbol que se encuentra dentro de la nuez produce un reflejo en el mundo de la realidad, de maya. Los Cuatro elementos, el propio Ser Humano, las almas, en definitiva, nunca dejamos de estar fuera del Círculo del Pleroma y lo que hemos experimentado durante todas las vidas en este u otros planetas solo ha sido como una especie de sueño reflejado fuera de nosotros; pero un Sueño que hay que detener; dado que, en algún momento, la divina representación teatral deberá bajar el telón.

Los Arcontes siguen trabajando como máquinas automáticas pre programadas que son; pero solo un Eón, Espíritu viviente de Adam Kadmón puede parar el perpetuum móvile de la maquinaria. La Consciencia, en la Vida, nosotros y otras especies, somos los que podemos despertar a los eones, nuestros cuerpos celestes, para que la expansión del Universo pueda ser frenada, cosa que al presente no ha sucedido aún, y se produzca la necesaria implosión del Multiverso que nos conduzca hacia la unión de todos los Eones, que formarán el círculo previo, en este lado, a la compresión gravitacional: El círculo emite luz espiritual, dado que, ya despiertos, pueden sujetarse al sendero sagrado de la metanoia de los neutrinos del otro lado. Todo acabará en un minúsculo punto y la consecuente desaparición del Multiverso que habiendo sido fagocitado por el único que siempre, de verdad, ha existido: El Pleroma. Este último Círculo que se enciende, al regresar, en el Mundo Original, mientras se apaga en el que ahora conocemos, florecerá tal que fuegos de artificio como homenaje al regreso del Hermano Perdido. Es como un regreso al Cero que representa la Corona de Kether y existente antes del comienzo del Espacio Tiempo. Hemos llegado tras el periodo Iniciático Universal de Nueve Grados a un Nuevo Peldaño, el diez, más allá de lo comprensible por la mente actual, pues pertenece a algo que aún está por suceder.

Aralba